Los sistemas de planificación de recursos empresariales, más comúnmente conocidos por sus siglas en ingles ERP, son un conjunto de sistemas de información que integran y manejan ciertas operaciones dentro de una empresa. Especialmente relacionamos este tipo de sistemas con la producción, logística, inventario, envíos y contabilidad. El software ERP se fue extendiendo a lo largo de las compañías, absorbiendo las funciones del CRM.
El propósito de estos sistemas es aportar soluciones rápidas a los problemas, optimizando el proceso de toma de decisiones y minimizando los costes.
Este tipo de sistemas son conocidos como back office, pues tratan información confidencial de la compañía a la que el cliente no tiene acceso.
Los objetivos principales de los sistemas ERP son:
· Optimización de los procesos empresariales
· Acceso a la información
· Posibilidad de compartir información con todos los componentes de la organización
· Eliminación de procesos innecesarias de reingeniería
Dadas las ventajas que nos ofrece la multicanalidad o el emergente teletrabajo, es recomendable que el sistema ERP sea accesible desde la nube. Gracias a esta funcionalidad, tendrás acceso y podrás consultar datos de tu empresa desde cualquier dispositivo y lugar del mundo, con el único requisito de tener conexión a internet.
Una vez que hemos definido los objetivos que deberá cumplir nuestro ERP, nos centraremos en sus características. Las características principales de un ERP son las de cualquier software empresarial. Estos sistemas deben ser:
· Modulares: el sistema posee información de los diversos departamentos que constituyen la empresa. Permite la instalación de módulos con distintas finalidades (ventas, RRHH, finanzas…), adaptándose a las necesidades del cliente en cuestión.
· Escalables: ligado a la modularidad, nos encontramos la escalabilidad. Hace referencia a las posibilidades de crecimiento que tenga un sistema de información y gestión a medida que progresa el desarrollo de un negocio, de forma que no se quede obsoleto como consecuencia de la necesidad de crecer junto a la empresa.
· Configurables: sabemos que no hay dos empresas iguales. Por lo tanto estos sistemas deben poder adaptarse, mediante el desarrollos de código en el software, para cubrir las necesidades y circunstancias de cada negocio. Para ello se puede parametrizar en base a las opciones del ERP o desarrollar módulos a medida, que se adapten totalmente al cliente. El primero permite funcionar bajo un sistema testado en el mercado y “aprender” del sector, pero supone un mayor coste de adaptación al usuario/a. El segundo, desarrollo a medida, el sistema se adaptará plenamente al cliente, pero supondrá un mayor coste económico al inicio.
· Especializados: la ventaja de los ERP es que aportan soluciones existentes en áreas de gran complejidad y bajo una estructura que está en constante evolución.
La implantación de un buen sistema ERP no es una tarea sencilla. Es importante contar con profesionales especializados en la materia para que este tipo de software nos aporte el mejor resultado para nuestra compañía. La gestión del cambio es la forma de dar respuesta a los problemas que nos surjan dentro de la organización, es un proceso de mejora. Si los equipos y las personas no comprenden la necesidad de adaptarse y mejorar, corren el riesgo de quedar obsoletos. Por esta razón los sistemas ERP se han convertido en una pieza clave dentro de las compañías.
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